Por Andrés García ¡En occidente no nos preparan para la muerte! El solo hecho de nacer, tener vida en un cuerpo físico que palpita y evoluciona, que generalmente cumple con todo su ciclo natural y luego envejece, conlleva a deducir que todo organismo vivo, por el solo hecho de estarlo, en algún momento caduca, muere. “Nacemos, crecemos, nos reproducimos y morimos”, nos decían en clase de biología; sin embargo, nunca fueron más allá de este enunciado y menos ofrecieron herramientas o escenarios de discusión para asumir de manera estoica este paso obligado de la vida, como parte natural de la misma.